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Alemania ¿nueva legislación contra la corrupción? ¡Más bien tiene una antigüedad de 2.000 años!

La semana pasada aparecía en los periódicos las nue-vas medidas que aprobará Alemania contra la corrup-ción. La reforma se basa en ampliar el supuesto penal —además del ya existente por recibir directamente dinero— a la percepción de regalos por parte de familiares y amigos cercanos.

Lejos de parecer una novedad, esta regulación ya existía en el antiguo derecho romano. Así, en la ley municipal romana de Urso (actual Osuna), por ejemplo, se establecía la prohibición de que el dúnvir o su familia reciban, directa o indirectamente, donativos, gratificaciones o cualquier tipo de cantidad, por una concesión en el locus publicus, de ningún arrendatario público. La sanción al que resultara favorecido era de 20.000 sestercios.

En la misma ley encontramos la obligación que los funcionarios municipales tenían de rendir cuentas, sin engaño, dentro de un determinado plazo, por aquellos que hubieran realizado alguna gestión pública (150 días, desde la finalización de su mandato) aspecto que ha desaparecido de la moderna gestión pública, pero que se nos presenta esencial para un correcto control. Así el funcionario entrante, a riesgo de ser responsable de la gestión heredada, vigilaría mucho que la labor de su antecesor hubiera sido rigurosa. Las sanciones que en la época se establecían no dejaban mucho margen a sopesar cuál de los dos caminos podría interesar más.

Otras obligaciones, como la prohibición a los magistrados de vender terrenos públicos, de celebrar banquetes mientras los candidatos estaban pendientes de elección, de avalar con su patrimonio posibles responsabilidades generadas por su ejercicio público, etc.  nos hacen pensar que las medidas recientemente adoptadas en Alemania se quedan cortas y no alcanzan el nivel de control que por aquel entonces —hace 2.000 años— establecían los romanos en sus municipios.

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